Declaración, febrero 2016.
Los objetivos que se persiguen son la mejor definición de un proyecto, y quienes impulsamos el MANIFIESTO POR EL SOCIALISMO, compartimos el convencimiento de que el socialismo es la única alternativa realista, práctica y urgente frente a la degradación que sufre la decadente sociedad capitalista. Personas que provenimos de distintos ámbitos de la izquierda sentimos la necesidad de compartir un espacio para el debate político.
A corto plazo, queremos aportar ideas en el proceso de la XI Asamblea Federal de Izquierda Unida, pero ese es un objetivo temporal. Ojala Izquierda Unida diera un viraje espectacular en su asamblea que hiciese innecesaria nuestra existencia.
Pero todo indica que sólo de una nueva oleada de movilizaciones en la sociedad, en las que tome el protagonismo la clase obrera, podrá alumbrar la energía suficiente para esa metamorfosis superadora de las actuales fuerzas de la izquierda que por sí mismas no son capaces de ser la palanca de la superación del capitalismo.
Socialismo, como todas las palabras que expresan anhelos históricos de la humanidad, como libertad, justicia, igualdad o comunismo, han sido demasiado manoseadas, pero no por ello renunciamos a reivindicarla sino que debemos llenarla de contenido concreto.
La superación de la sociedad en la que vivimos, para conquistar una sociedad socialista, es el objetivo que nos proponemos, y no hemos sido capaces de encontrar una palabra que defina mejor aquello que somos, quienes nos reclamamos de la IZQUIERDA MARXISTA.
Para que estemos en condiciones de luchar por el socialismo, de conseguir que las aspiraciones cotidianas, los deseos de cambio, las necesidades materiales, de la clase trabajadora y la mayoría de la sociedad se identifiquen con un proyecto político, necesitamos un cauce de expresión, una herramienta que tome la forma de organización política. Pero no un partido político establecido por cualquier tipo de élite, o de aparatos burocráticos con intereses propios que se dirige a conseguir una clientela que le permita vivir.
Lo que buscamos quienes respaldamos este proyecto es que el propio movimiento social se transforme en partido. No es algo nuevo, es la vieja idea expresada por Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista. La expresión organizada de los intereses materiales de la clase obrera defendiendo el programa de la transformación socialista de la sociedad.
Si defendemos eso es porque pensamos que ninguna de las formaciones políticas que hoy existen ha conseguido ser ese cauce, esa herramienta, ese programa. Pero no defendemos la creación de “un nuevo partido más”, sino la transformación de lo que hoy existe en algo nuevo; una metamorfosis superadora de las viejas organizaciones, como el PCE e Izquierda Unida, y de las nuevas, como Podemos, para que sean capaces de generar una síntesis dialéctica a través de la generación de una nueva fuerza política que sea capaz de estar a la altura de las tareas de la historia.
En definitiva somos un espacio para el debate político y la propuesta, somos gente que milita fundamentalmente en Izquierda Unida y el PCE, pero no sólo en esos espacios, y que somos conscientes de las limitaciones de nuestras organizaciones y la necesidad de superarlas, y nos limitamos a intentar aportar nuestras ideas, nuestras propuestas a ese esfuerzo colectivo del que no pretendemos ser, ni de lejos, los únicos actores.
Nuestro referente más inmediato ha estado en el movimiento que se dio en Izquierda Unida, con la declaración llamada “Ahora o Nunca”, en la que llamábamos a una revolución interna en Izquierda Unida, que no se dio, y en esa medida ha ido permitiendo una degradación progresiva de Izquierda Unida y de los partidos que forman parte de ella, frente a un ascenso de Podemos que, con el gran mérito de haber conectado más que Izquierda Unida con el proceso de la sociedad, tiene el grave inconveniente de reproducir los principales defectos de Izquierda Unida y carecer de un programa de transformación socialista de la sociedad.
Estamos pues en otro momento, algo que tratamos de analizar en el “Manifiesto por el Socialismo”.
Quienes formamos parte de este proyecto queremos contribuir con el material de construcción que da solidez a una fuerza transformadora: las ideas del marxismo, aplicadas al análisis de la realidad concreta, y con un proyecto de programa y de lucha para construir el socialismo.
Las mujeres y hombres que nos agrupamos tras esta iniciativa de Manifiesto por el Socialismo, tenemos diversas procedencias, mayoritariamente militantes de Izquierda Unida y del Partido Comunista, pero no excluimos a nadie, y aspiramos a ser lo más transversales posibles. Nuestra intención no es presentar una candidatura o luchar por puestos en Izquierda Unida, sino aportar ideas y enriquecer el debate, con el convencimiento de que estamos ante una oportunidad excepcional en la historia, de la puede surgir una fuerza política que supere las estructuras creadas hasta ahora y sea el cauce de expresión de las necesidades materiales de la clase trabajadora y, en consecuencia de la mayoría de la sociedad.
Lo que nos une son las ideas de la izquierda marxista. Una buena parte de quienes ahora respaldamos este proyecto, comenzamos la lucha en el período de la Transición, bajo la dictadura franquista, y la defensa de nuestras ideas nos costó la expulsión de las organizaciones que llevaron a cabo el pacto que dio origen al régimen del 78. Hemos defendido, durante cuarenta años, las ideas del socialismo, de la independencia de clase, desde las páginas de la revista Nuevo Claridad. Un nombre que tenía unas fuertes raíces hace cuatro décadas, pues rescataba el nombre, Claridad, del periódico de la fracción más revolucionaria del movimiento socialista en los años 30, pero un nombre que ahora ha perdido su conexión histórica. Por eso, en cierto modo, nuestra inclusión en “Manifiesto por el Socialismo”, es para nosotros una despedida del Claridad, buscando un proceso más enraizado en la participación activa de otras de las personas que componemos este proyecto de debate de ideas y propuestas, que militamos Izquierda Unida, en el PCE o que provenimos de otras tradiciones políticas.
Así pues, manteniendo las raíces de cada persona, que nos sumamos a esta propuesta, queremos contribuir a que las posiciones de la Izquierda marxista, adquieran la relevancia que les corresponde en la lucha en el Estado español.
No somos un partido, en el sentido organizativo, pero si somos un programa, el del marxismo que mantiene toda su vigencia, como podemos ver por estas palabras de Marx y Engels:
“Muy lejos de desear la transformación revolucionaria de toda la sociedad en beneficio de los proletarios revolucionarios, la pequeña burguesía democrática tiende a un cambio del orden social que pueda hacer su vida en la sociedad actual lo más llevadera y confortable. (…)
Mientras que los pequeños burgueses democráticos quieren poner fin a la revolución lo más rápidamente que se pueda, después de haber obtenido, a lo sumo, las reivindicaciones arriba mencionadas, nuestros intereses y nuestras tareas consisten en hacer la revolución permanente hasta que sea descartada la dominación de las clases más o menos poderosas, hasta que el proletariado conquiste el poder del Estado, hasta que la asociación de los proletarios se desarrolle, y no sólo en un país, sino en todos los países dominantes del mundo, en proporciones tales, que cese la competencia entre los proletarios de estos países, y hasta que por lo menos las fuerzas productivas decisivas estén concentradas en manos del proletariado. Para nosotros no se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva. (…) Su grito de guerra ha de ser: la revolución permanente”.*
*(Carlos Marx y Federico Engels, Circular del Comité Central a la Liga Comunista)