Argentina, elecciones del 14 de noviembre

18 Nov, 2021 | Actualidad, América Latina, Internacional

EL GOBIERNO DEBE ENTENDER EL MENSAJE DEL PUEBLO

Jokin Mendizábal. Buenos Aires

Las elecciones que acaban de tener lugar en Argentina son las llamadas de medio término, esto es, se renuevan parcialmente el Congreso y el Senado. No se somete a elección la figura presidencial, pero inevitablemente tiene el carácter de referéndum sobre el curso de la política del gobierno nacional, los diferentes gobiernos provinciales y los gobiernos municipales. De tal suerte que los ciudadanos tienen la oportunidad entre elecciones generales de emitir su crítica o poyo a los diferentes gobiernos a través del voto a los candidatos a diputados o senadores.

Previo a cualquier elección tienen lugar las llamadas PASO (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias) para que cada partido dirima en dichas elecciones quienes van a ser los precandidatos que se elijan como candidatos. La práctica ha convertido estas elecciones en una especie de macrosondeo electoral que ya indica con bastante exactitud qué partido puede ganar las elecciones.

Pero lo cierto es que unas elecciones de medio término no deberían causar el tremendo revuelo que han causado estas, tanto en septiembre como el 14 de nov. ¿A qué se debe esto?

La oligarquía argentina, altamente ensamblada y subordinada al capital financiero internacional, había desarrollado una política de brutal extracción de las riquezas naturales y agroindustriales con la consecuente fuga de divisas, protegidos por un gobierno, el de Macri, que era parte activa de este plan y del mismo expolio.

El brutal ataque a la clase trabajadora, sufrido también por las clases medias y las pymes preparó el terreno para la vuelta del peronismo al gobierno. Un golpe táctico de Cristina Fernández terminó de redondear la jugada electoral lanzando un frente electoral que formaría un magma no solo con peronistas de diferentes tendencias, y a veces muy enfrentadas, sino con otras formaciones políticas incluyendo a tres partidos comunistas que históricamente no se han llevado muy bien con el peronismo.

El sistema político argentino es absolutamente presidencialista y es el presidente el que toma todas las decisiones importantes del gobierno, así que aunque la artífice y la que aportó la mayor base militante y electoral del Frente de Todos (FdT), con mucha diferencia, fue Cristina Fernández, y a pesar de que es ella la Vice presidenta del gobierno y presidenta del Senando, la capacidad legal de la toma de decisiones descansa enteramente en Alberto Fernández. Subrayo lo de la “capacidad legal” porque la capacidad política también la tiene Cristina. Así quedó sobradamente demostrado tras las PASO de septiembre cuando mandando una carta1 dirigida a “los compatriotas”, aunque a uno en particular más que al resto, cambió el curso de los acontecimientos en menos de una semana: describió los errores del gobierno, pidió cambios de ministros –que los hubo- y llamó a dar vuelta al resultado de las PASO.

Fue un claro enfrentamiento entre Cristina y Alberto Fernández tan evidente que rápidamente los operadores políticos de la oposición que dirigen el combate mediático contra Cristina le propusieron abiertamente a Alberto que rompiera con Cristina. Jugada peligrosa donde las haya porque obligaría a Cristina a intervenir directa e independientemente en la política con las consecuencias que esto implicaría. No fue la primera vez que Cristina le señala errores a Alberto, incluso en esta etapa del FdT en el gobierno, pero si ha sido la vez que más chispas saltaron entre ellos en esta nueva etapa del gobierno frentista. Alberto fue Jefe de gabinete de Cristina en 2007-2008 y renunció por no compartir la posición de Cristina que libraba una batalla brutal que le declaró la oligarquía terrateniente que no ahorraba esfuerzos en intentar derribarla a tres meses de haber asumido la presidencia del gobierno. Desde entonces Alberto y Cristina han estado muy distanciados políticamente hasta la formación del FdT.

EL DESCONTENTO SE ABRIÓ PASO

El resultado tanto de las PASO como de estas elecciones ha estado marcado por el enorme descontento que siente la población trabajadora, tanto la formal como la informal. A la pérdida de cientos de miles de empleos se ha unido la caída del poder adquisitivo de los salarios. Según Ecolatina entre 2018-2020 el salario real de los trabajadores formales cayó 17%. Desde que subió Macri el salario, medido en dólares, ha caído 42% según el ex vicepresidente del gobierno de Cristina Amado Boudou.

El Gobierno se planteó un objetivo que sostuvo casi todo este año y que últimamente se repite con menor convicción: “Los salarios le ganarán a los precios en 2021”. Sin embargo, esa proyección era producto de una inflación esperada por el gobierno en torno al 29%, primero, y luego al 45% que también parecería descartada en base a las previsiones privadas. Según explicó la consultora Ecolatina, de hecho, el salario formal real cerró la primera mitad del año con una caída promedio de casi 7% interanual y la segunda mitad seguirá cayendo. El gobierno Está previendo la apertura de las paritarias (mesas negociadoras de convenio) y plantear un aumento de salarios del 45%, que no llegará a igualar el aumento anual de la inflación pero es más de lo que quieren los empresarios.

SIN TRANSFORMACIONES DE FONDO NO HAY MANERA

El problema de la Argentina es que su economía ha sido capturada por muy pocas grandes empresas. Por ejemplo, toda la distribución de la leche está en manos de una sola empresa, La Serenísima. El 80% de la alimentación está en manos de siete empresas. La producción agrícola de soja, trigo, maíz, etc está enormemente concentrada y todo se produce con altísima tecnología y muy poca mano de obra. El control de los puertos a lo largo del río Paraná están en manos de una empresa Belga: Jan de Nul. Y así en todo.

Que el estado argentino no controle el rio Paraná durante décadas ha permitido que se establezca un contrabando descomunal de los agroproductores argentinos hacia Paraguay, Brasil y otros países a través de los puertos de granos y el contrabando por camión. La exportación en esos puertos de hace con una simple “declaración jurada”, es decir, el empresario rellena un impreso dond firma que van 100 toneladas de grano y con eso vale. Nadie les controla. Nada se controla. Argentina es un país cuya clase dominante es en una gran medida contrabandista de alto nivel.

El pasado 8 de noviembre la prensa argentina2 titulaba: “Macri alerta: golpe a la ‘Ndrangheta en el megajuicio a la mafia calabresa”. Inquietud en la familia Macri La Justicia de Italia condenó a 70 miembros de la mafia calabresa en un juicio al que todavía le quedan 350 procesados. Son diversos los expertos investigadores que acusan al expresidente argentino de pertenecer a la mafia calabresa conocida con el nombre ‘Ndrangheta.

La derrota del FdT en las PASO hizo saltar todas las alertas. Cundió el desconcierto en sus filas pero hubo cierta capacidad de reacción provocada por la mencionada carta de Cristina y la puesta a disposición de Alberto de los ministros K (kirchneristas). Alberto Fernandez reaccionó frente a la derrota llamando a la militancia y tratando de movilizar recursos económicos que en más de una ocasión la Justicia bloqueó, como ocurrió con una partida presupuestaria que querían entregar al mundo de la cultura, uno de tantos de los perjudicados por la pandemia pero la jueza Servini de Cubría lo bloqueó por considerarlo electoralista.

EL FRENTE DE TODOS PERDIÓ PERO NO TANTO Y JUNTOS GANÓ PERO NO TANTO

Al día de hoy se sigue discutiendo el resultado electoral con los más variados enfoques. A la derecha macrista le interesa discutir solamente el número de votos obtenidos por cada formación política en donde claramente ganó. El FdT prefiere un balance más político, y no le falta razón.

La mañana electoral del 14 N Macri declaró cuando iba a votar que se abría un periodo de transición, dando por supuesto que el gobierno iba a perder estrepitosamente y que se debilitaría tanto que quizás no podría llegar a las elecciones generales de 2023. De hecho llevan casi dos años haciendo declaraciones en ese sentido. Las formas democráticas hace mucho que se han abandonado en la derecha argentina y viven en permanente campaña de acoso y derribo de los gobiernos peronistas de turno.

Estos resultados han descolocado a todos los dueños de los comentarios cuasigolpistas que hasta el domingo soñaban con un golpe blando.

Las PASO preanunciaban un resultado tan desasastroso que al recortar las distancias en las elecciones de noviembre la derecha no ha podido cumplir ninguno de sus sueños electorales. Querían quitar a Cristina Fernández de la presidencia del senado, que es el segundo puesto en la cadena de la sucesión presidencial. No lo han podido cumplir. Querían tener la mayoría en el congreso de la nación. No lo han podido cumplir.

La situación en el las dos cámaras no ha quedado fácil para el oficialismo. El FdT tiene 119 diputados, Juntos por el Cambio tiene 116 diputados y son necesarios 129 para que haya quórum para realizar cualquier sesión. Es decir el gobierno no tiene quórum propio pero sigue siendo la primera minoría. Esta nueva distribución de las bancas le obligará a negociar con algunos partidos provinciales cosa no difícil porque entre estos partidos los hay históricos aliados circunstanciales del peronismo.

El FdT también pierde quórum propio en el senado, de 41 pasan a 35 senadores. Esto no le pasaba al peronismo desde hace 38 años con las primeras elecciones democráticas tras la última dictadura. Pero sin querer caer en análisis psicologistas, lo cierto es que los representantes de la oposición siguen enojados y se les nota en sus permanentes apariciones en público o programas de televisión y el peronismo vive los resultados (que son una derrota si contamos los votos) pero que le permiten seguir gobernando sin demasiados peligros a la vista.

El problema a resolver sigue siendo la crisis económica. Dentro de la crisis el más importante es el de la deuda con el FMI. Dicho sea de paso, después de las ocupaciones militares el segundo modo de ocupación del imperialismo es el endeudamiento, es el arma más efectiva se sometimiento de un país sin ejército. En diciembre Alberto Fernández llevará al parlamento su plan económico en donde tratará de que se aprueben sus acuerdos, aún no publicados, con el FMI. Por lo que ha transcendido lo que se está negociando no parece tan beneficioso para la Argentina. Si el FMI impone un acuerdo con ajuste el conflicto social será inevitable y solo quedará estimar el volumen del estallido.

POR ÚLTIMO PERO NO LO MENOS IMPORTANTE

En estas elecciones se ha producido un hecho que no es de menor importancia. Tanto la extrema derecha profascista como la izquierda del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad,(FITU) herederos de una rama del trostkismo morenista, han hecho una muy buena elección para lo que incluso ellos esperaban.

El mejor resultado del FITU lo han obtenido en la provincia de Jujuy. En esta provincia, donde sigue presa Milagro Sala, el peronismo ha degenerado a limites insondables y apoya incondicionalmente al gobernador radical-macrista Gerardo Morales, que entre otras virtudes tiene la de haber apoyado activamente el golpe de estado contra Evo Morales, lo mismo que Macri.

Alejandro Vilca es un dirigente obrero que ha sacado 25% de los votos de Jujuy, algo más de 100.000 votos en una provincia de 573.326 votantes. Ni que decir tiene que esto refleja una situación bien diferente a la del resto del país pero es un dato duro que indica que la radicalización es un fenómeno en marcha en la clase obrera argentina. El FITU ha sacado 1.3 millones de votos en todo el país y hoy es la tercera fuerza política.

Por la extrema derecha han tenido un resultado nada despreciable las formaciones de Javier Milei, una versión argentina de Bolsonaro, y de José Luis Espert. Dos personajes de extrema derecha, admiradores de Vox cuya primer problema que tendrán que resolver es si se unen en un mismo bloque parlamentario o no. En cualquier caso es otro dato sobre la polarización que está sufriendo la sociedad argentina y no parece que esta polarización vaya a remitir en los próximos años.

Foto. 17 de noviembre, se celebra en el peronismo “el Día de la Militancia”.

DOS AÑOS HASTA 2023

El gobierno tiene menos de dos años para aplicar una política que al menos mejore en algo la difícil vida de la mayoría los argentinos hoy. Si no se toman medidas para redistribuir de manera más equitativa la riqueza. Estos últimos meses la economía está creciendo a un ritmo del 9,1% anual, en algunos sectores se está invirtiendo, este último mes de septiembre es el quinto mejor mes de septiembre desde 2016 en relación a la utilización de la capacidad instalada. Según el diario Ambito financiero “el índice muestra una suba interanual de 5,9 puntos porcentuales, acumulando siete subas consecutivas. Se trata del máximo nivel para un septiembre desde el inicio de la serie en 2016, quedando apenas 2,5 puntos porcentuales por debajo del máximo de la serie de nov-17 (69,2%). pero la verdad es que este crecimiento no está llegando al bolsillo de los trabajadores todavía. El gobierno no tiene mucho tiempo para lograr que esto suceda. Una prueba difícil va a ser la próxima navidad. Los momentos de mayor tensión en los sectores más postergados se viven en esas fechas y los barrios más pobres se pueden convertir en un polvorín si no pueden pasar una navidad con un mínimo de dignidad a la hora de sentarse a la mesa.

Justo hoy, en el momento de escribir este artículo, 17 de noviembre, se celebra en el peronismo “el Día de la Militancia”3. Más de 200 Mil personas se han concentrado en la Plaza de mayo. La CGT, las organizaciones sociales, el movimiento peronista en general han acudido para celebrar este día. La alegría ha sido inmensa. Este movimiento no ha vivido el 14 de noviembre como una derrota sino como el principio de una remontada que se tiene que hacer contra todos los problemas heredados del gobierno de Macri sumados a los de la pandemia.

Por un tiempo se ha amortiguado el choque entre Cristina y Alberto pero no han desaparecido los problemas que lo provocaron. Dentro del peronismo se están fraguando nuevas corrientes críticas. Una de las más interesantes es la que están lanzando justo esta semana el ex vicepresidente de Cristina, Amado Boudou, la exdirigente sindical y ex embajadora en el Reino Unido y Venezuela, Alicia Castro, con otros dirigentes peronistas. La pandemia frenó todos los procesos políticos y agudizó la crisis económica. Hoy las bases sociales del peronismo se están reencontrando en las calles donde han realizado las más altas gestas populares. Es difícil imaginarse a este pueblo esperando que los problemas se solucionen solos. Si hay crecimiento los trabajadores van a exigir su parte. Alberto Fernández tiene la responsabilidad de cumplir con sus promesas.

1-https://www.pagina12.com.ar/368983-texto-completo-de-la-carta-de-cristina-kirchner

2-https://www.infonews.com/macri/macri-alerta-golpe-la-ndrangheta-el-megajuicio-la-mafia-calabresa-n348204

3-El día de la militancia celebra la fecha en que Perón volvió del exilio el 17 de noviembre d 1972 tras 17 años de exilio.

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