Escribe Jokin Mendizábal
Las elecciones presidenciales en primera vuelta de la Argentina de este 22 de octubre han vuelto a demostrar que este país tiene una tendencia a los vuelcos políticos con enorme frecuencia. Ha pasado lo que la mayoría pensaba que no podría suceder: el candidato de Unión por la Patria (UxP) cuya fuerza principal es el peronismo, Sergio Massa, ha salido vencedor en esta primera vuelta de las elecciones presidenciales.
Massa es el actual ministro de economía y partía con una carga muy difícil de sobrellevar en esta campaña, la inflación hoy ha trepado al 140% anual (12,7% solo en el mes de septiembre), con una economía que ha llegado al 40% de pobreza y con una situación general situada claramente en la vía del deterioro económico y de gran descontento, ha salido claramente vencedor en esta primera vuelta electoral contra lo que muchos temían, revirtiendo los resultados de las elecciones primarias (PASO) de hace solo dos meses.
¿CÓMO SE EXPLICA ESTO?
Como todo fenómeno político y social hay muchas causas que han conducido a este resultado, todavía provisional, y deberá ratificarse o no en la segunda vuelta de noviembre.
El fenómeno Milei está siendo más conocido fuera del país a raíz de esta campaña electoral. Es un fenómeno muy nuevo en la política argentina cuya irrupción se puede fechar en las elecciones de medio término de 2021 donde tuvo un resultado que logró que se le empezara a tomar en serio.
Su discurso ultraderechista y anti-estado en lo económico, con una puesta en escena que iba atrapando a diversos sectores de la sociedad, desde las clases más altas a las clases más bajas se basaba en prometer soluciones rápidas y drásticas como la dolarización de la economía para acabar con el peso argentino que sufre una inflación histórica enorme. Sumaba a sus discursos un furibundo ataque a la “llamada casta política” muy desprestigiada en general, señalándola como la causante de todos los males, al estado al que proponía someter a una operación de achicamiento eliminando casi todos los ministerios, privatizar la educación, despedir a casi todos los empleados públicos, incluso hablaba de eliminar instituciones muy prestigiosas como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), que es autárquico, privatizar las empresas fundamentales del estado como Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Aerolíneas Argentinas, y todo lo que fuera privatizable, llegando a niveles absurdos como hablar de privatizar las calles, las ballenas, legalizar la venta de órganos y una interminable lista de propuestas delirantes; todo para levantar la consigna de acabar con los parásitos del estado y lograr que cada cual pueda hacer lo que quiera. Al final logró captar la atención y el voto de un 30%. Una minoría de este sector de la población es clase media y clases altas que entendían que lo que venía a instaurar este candidato, que por cierto estaba financiado por grandes empresarios, era un país de libertad absoluta para los negocios donde se acabarían los derechos para las clases trabajadoras formales y se seguiría manteniendo sin derechos a los trabajadores informales. Los apoyos recibidos por los sectores más bajos de la población se han basado en la lectura que estos sectores hacen de ese discurso lleno de enojo, violencia y llamadas vacías a la libertad. Tal discurso fue reinterpretado por estos sectores y tomado como un recipiente en el que ellos podían depositar todas sus frustraciones contra los responsables de sus sufrimientos e imaginar que con la dolarización y un par de cosas por el estilo se podrían resolver sus problemas.
LAS PRIMARIAS COMO PUNTO DE INFLEXIÓN
El resultado de las primarias donde el electorado se dividió principalmente en tres bloques terminó dándole una victoria importante a Milei, hecho que, sintiéndose vencedor, lo catapultó a un endurecimiento de su discurso, con una música más suave, pero con una letra más agresiva todavía.

El desconcierto y el desasosiego empezaron a asomar en las filas de la UxP del candidato Sergio Massa. Para colmo este candidato, a su vez actual ministro de economía, estaba sufriendo las presiones del FMI que le retrasaba la firma de un pequeño préstamo prometido debido a que Massa no quería devaluar el peso argentino según las exigencias del Fondo. Al día siguiente de las PASO, Massa anunció una devaluación del peso del 22% con las consiguientes consecuencias de aumentos de precios inmediatos y signos de paralización de la cadena de pagos en algunos sectores del comercio. No se vendían materiales para las diferentes industrias esos días porque no se sabía que rumbo iba a tomar el dólar paralelo(1) y por lo tanto la inflación.
Massa salió a la campaña presidencial con algunas medidas económicas de gobierno que se venían exigiendo, demostrando que realmente quería dar la batalla por la presidencia. Una vez recibido el crédito que le daba el FMI –y otro tramo de un préstamo que le concedió China– utilizó parte de ese dinero para lanzar medidas económicas que favorecían a los trabajadores y jubilados aliviando en cierta medida, poca aún, la situación de las mayorías populares.
Fueron estas medidas lo que empezó a construir la credibilidad que le faltaba al candidato de UxP, la gente no podía cambiar su voto simplemente a cambio de palabras. El candidato está en el gobierno y es el ministro de economía así que no puede mirar para otro lado a la hora de ofrecer soluciones. “Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar” dice una de las máximas peronistas y la gente necesita obras y no buenas razones. Esas medidas empezaron a cambiar el humor de las masas, empezó a hacerse un poco creíble lo que se le decía desde las tribunas y la televisión.
MILEI PISABA EL ACELERADOR DEL ESTALLIDO ECONÓMICO
En su fantasía en la que ya se sentía ganador Milei optó por jugar con fuego y llamó a la gente a sacar todos los ahorros de los bancos creando la consiguiente corrida cambiaria en el mercado negro del dólar llevando la divisa norteamericana a subir de 800 a 1050 pesos en pocos días. Las declaraciones de Javier Milei del día nueve de octubre, aumentaron el ruido en el mercado y tuvieron la intención de sumar leña a las expectativas de devaluación. “Jamás en pesos, jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino, por ende, no puede valer ni excremento, porque esas basuras no sirven ni para abono”, dijo. No sólo ratificó su plan de dolarización, sino que desalentó la renovación de los plazos fijos tanto de los ahorristas como de las empresas. Días antes había dicho que cuánto más alto esté el dólar, más fácil dolarizar. Para ello, el llamado a sacar los depósitos que impulsa es una movida en esta dirección. Eso volvió a impulsar el alza de los precios brutalmente creando una sensación de verdadero pánico a un estallido económico, Argentina ha conocido varios. El paso de la barrera psicológica de un dólar 1000 pesos fue la primera luz roja que alertó a la población y por supuesto también a los empresarios. Como reflexionó un editorialista de La Nación (diario derechista donde Macri tiene buen paquete accionario de un 25%) “una cosa es pretender que la bomba le explote a este Gobierno y otra muy distinta es pasearse por la plaza del pueblo con la mecha encendida mientras todo está a punto de estallar”.
“La realidad explicó su dogma” dijo alguna vez Lenin. Esta vez quedó demostrado que el canto de sirena de una dolarización armoniosa tenía como contracara una violenta hiperinflación. Las banderas desplegadas de la privatización de todas las cosas (YPF, los ferrocarriles, la educación, los ríos y hasta el mar y las ballenas); la apropiación del discurso de los jerarcas militares en el debate presidencial (la teoría de la “guerra” y de los “errores y excesos” durante el genocidio); el llamado a la ruptura de las relaciones diplomáticas con los principales socios comerciales del país (China o Brasil) y hasta con el Vaticano; y el proyecto de ley de una de sus referentes que postulaba que los padres pudieran gozar del curioso “derecho” de renunciar a la paternidad; todo esto completó un combo que combinaba un neoliberalismo talibán con algunos delirios cósmicos. Dicho sintéticamente: se pasaron de rosca, se sobregiraron, embriagados por el triunfo(2).
Fue un efecto comparable al que se produjo en el Estado español tras las elecciones de mayo pasado. El PP y Vox se agrandaron tanto que su arrogancia les jugó en contra. Con el triunfo en las PASO Milei se sentía sentado en el despacho presidencial de la Casa Rosada y dejó traslucir en sus discursos que quería ponerse a mundo por montera. Milei, gran admirador de Carlos Menem no aprendió una de sus más valiosas lecciones cuando dijo tras su primera victoria electoral en 1989 “si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie”. A Milei le pudo más la vanidad que la astucia.
EL ESTABLISHMENT YA NO SE FIA DE SU PROPIA CREACIÓN
“Si Milei no se modera, no estamos para aguantar otro dictador”, fue la frase con la que Eduardo Eurnekián —padrino político de Milei— sorprendió a propios y extraños en el tramo final de la reciente cumbre del Consejo Interamericano de Comercio y Producción. El “armenio” como se le conoce al empresario peronista que pone huevos en más de una canasta —de hecho, apoyó también a Patricia Bullrich— dueño de una de las cinco mayores fortunas de Argentina se anticipó de este modo a lo que hoy ya está siendo la posición de la mayoría del establishment argentino y se desmarcó de su creación política y ex ejecutivo de riesgos de inversión suyo, Javier Milei.
TRAS LA DERROTA MILEI BUSCA ALIARSE CON SUS ENEMIGOS DE AYER
Desde la misma noche electoral Milei empezó a abrir su juego para conseguir nuevas alianzas y así lo dijo en su discurso la noche electoral, “estoy dispuesto a barajar y dar de nuevo”. Estos días su desesperación por sumar votos ha llegado al punto de ofrecerle a la candidata del Frente de Izquierda y Trabajadores-Unidad (FIT-U) Myriam Bregman un puesto en su gobierno al tiempo que le ofrecía el ministerio de seguridad a Patricia Bullrich. Esto indica bastante cuales son los principios de este personaje, los mismos que decía tener Groucho Marx. Poco antes de las elecciones había acusado a Patricia Bullrich, ex militante del grupo armado de los 70 Montoneros, de tener las manos manchadas de sangre porque puso bombas en jardines de infancia. Ahora que han llegado a un acuerdo para ir juntos en la segunda vuelta ya se han perdonado en público. A los militantes de izquierda no se ha cansado de llamarles “zurdos de mierda”.
En el momento en que escribo este artículo acaba de aparecer la noticia de que Macri, y Patricia Bullrich han llegado a un acuerdo públicamente con Milei para apoyarle en la segunda vuelta de noviembre. La misma información habla de que Macri le ha ofrecido 15 millones de dólares a Milei para su campaña a cambio de puestos políticos. Así es la manera de hacer política entre estos señores de negocios. Esta decisión de Macri está produciendo la ruptura de su coalición, Juntos por el Cambio, ya que no todos están dispuestos a apoyar a Milei ni a pedir al voto para él. Ya están apareciendo muchas declaraciones de asambleas de la Unión de Centro Radical (UCR) y dirigentes radicales diciendo que no apoyarán a Milei o incluso que apoyarán a Massa. La política argentina es un verdadero hervidero y todo el tiempo suceden cosas de fuertes efectos políticos. Hoy la coalición de Macri-Bullrich-Larreta ha estallado por los aires y habrá que ver como se reconfigura.
En la edición del 25 de octubre el diario Clarín titula un artículo en su edición digital en la que dice: Por la jugada de Rosatti en favor de Massa, estalló la guerra en la Corte y Lorenzetti lo acusa de hacer “populismo judicial. Y en el cuerpo del artículo se dice “El talento de Sergio Massa para dividir todo lo que no orbita a su alrededor acaba de tener otro resonante éxito, en un escenario clave para la Argentina que viene: el Poder Judicial. En una durísima e inusual carta a sus colegas, Ricardo Lorenzetti criticó el casi expreso apoyo de su compañero y titular de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti al candidato de Unión por la Patria, durante una conferencia pronunciada este martes en la Universidad de Lomas de Zamora”.
RUMBO A LA SEGUNDA Y DEFINITIVA VUELTA ELECTORAL
Nada está decidido todavía y nos falta una campaña dura y abundante en golpes bajos de parte de Milei de aquí al 19 de noviembre para conocer al nuevo presidente. Algunos hablaban ya desde este mismo lunes poselectoral de la posibilidad de que Milei se baje de la competición electoral porque no le ven posibilidades y por eso aconsejaban a Macri que no le apoye. Pero cómo decían algunos empresarios de su entorno “Macri es duro”. De hecho, Macri ya está en las filas de Milei. No tardarán en enfrentarse, uno tiene un perfil que no soporta que nadie le mande y el otro es un inestable emocional que pierde los papeles ante cualquiera que le lleva la contraria. No deja de ser curioso que Milei se haya unido a lo peor de la casta que decía combatir. Una vez más se demuestra que lo que persiguen estos personajes no es otra cosa que el poder para seguir haciendo enormes negocios. Y si París bien valía una misa la Casa Rosada bien vale una claudicación de principios. Flojos principios…
Desde el massismo se han comprometido a formar un gobierno de unidad nacional para sacar al país de la crisis y vencer los peligros autoritarios que amenazan desde los sectores de La Libertad Avanza de Milei y desde otros sectores que estaban en el partido de Macri también. Fue de las filas de Macri que salió el atentado contra la expresidenta Cristina Fernández. Un gobierno de esas características no es garantía de un programa que defienda los intereses de los trabajadores y otros sectores populares. Ya se puede vislumbrar que en caso de formarse ese gobierno entrará en crisis en función de las tensiones que se van a producir en la sociedad ya que los trabajadores van a reclamar la recomposición de sus salarios que vienen cayendo desde hace ocho años. En este tiempo los trabajadores han perdido en sus salarios el equivalente al valor de un coche pequeño nuevo, algo que la mayoría de los trabajadores no puede comprar hoy, pero sin embargo les ha sido sustraído vía inflación de precios y depreciación de salarios.
Ahora es pronto para tener una idea fiable de cómo puede ser el resultado de estas elecciones. La primera batalla es seguir cerrando el paso al nuevo frente de ultraderecha formado por Milei-Macri-Bullrich. Una victoria de esta troica será una pesadilla para la clase obrera peor que la que sufrimos bajo el gobierno de Macri en 2015-2019.
Sin embargo, la victoria de Massa tampoco supondrá un camino de rosas para los trabajadores. Es cierto que se despejarán algunos problemas derivados de la política delirante de Milei y los empresarios que aprovecharían para llevar adelante una política de ataque brutal a los derechos y salarios. De ahí que los trabajadores se hayan movilizado, aunque sea un tanto parcialmente en estas elecciones y le hayan aumentado el caudal de votos a Massa pasando de los 5.070.000 recibidos en las PASO en su candidatura a los 9.646.000 votos. De esos 4 millones y medio, un millón y medio han venido de la provincia de Buenos Aires gobernada por el peronista Axel Kicillof que realizó un esfuerzo importante por gestionar bien la provincia y mantener una orientación política con un mayor grado de protección hacia los trabajadores y sectores populares. Kicillof ha consolidado su gobernación para un segundo mandato y su figura crece constantemente con enorme adhesión popular convirtiéndose en un político a tener muy en cuenta para batallas mayores. También se han sumado a los votos de Massa los 1,4 millones que obtuvo Juan Grabois con su partido Unión por la Patria en las PASO del mes de agosto. Grabois ya había advertido que pediría el voto para Sergio Massa durante su campaña de las primarias. Del mismo modo también advirtió que no aceptará ninguna política de ajuste contra los trabajadores ni eliminación de derechos de ningún gobierno que resulte electo en noviembre.
Cerrar el paso a la ultraderecha neofascista es la primera tarea que enfrentan los trabajadores argentinos en las próximas tres semanas. Es tan clara esta táctica que Manuela Castañeira dirigente del Nuevo MAS –de filiación trotskista– hoy ha declarado que su partido pedirá el voto contra el fascista Milei y ha dejado arrinconado contra las cuerdas al FIT-U que aún está pensando qué hacer. Nunca habían pedido el voto para un candidato peronista. De hecho, si lo hubieran hecho en 2015 muy probablemente Macri que ganó por 1,5% no hubiera ganado. En lo mediato la tarea pasará por reconquistar las organizaciones sindicales para contar con verdaderos dirigentes clasistas y combativos en las próximas luchas que sin duda están por venir. Muchos de los dirigentes sindicales, apodados por sus bases “los gordos” se han convertido en empresarios, condición que ocultan a sus representados pero que se trasluce en su modo de vida, y ya no pueden defender coherentemente a los millones de afiliados sindicales.
El peronismo, como movimiento interclasista que es sufre en su interior las contradicciones que se viven en la sociedad entre las clases burguesas y la clase trabajadora. Arrastra una crisis histórica que no termina de resolver porque no se puede resolver mientras coexistan intereses contrapuestos en su interior. Históricamente se desarrollaron corrientes de izquierda incluso marxistas que trataron de superar esta contradicción mediante el debate interno unas veces llegando al enfrentamiento armado entre la derecha y la izquierda en sus diferentes versiones. Hoy en líneas generales se ha producido un retroceso de lo que fue una expresión más avanzada del pensamiento progresista —no de izquierda ni anticapitalista— representado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández. La imposición del candidato peronista actual Sergio Massa por los sectores más derechistas del peronismo deja claro que Cristina prefirió apostar a una victoria electoral antes que provocar una más que probable fisura en el voto entre esos sectores de derecha y los sectores más combativos del peronismo, escenificado en la retirada del candidato miembro de la corriente más combativa la Cámpora propuesto por Cristina, Wado de Pedro. La expresión más alta de esta lucha entre los sectores derechistas incluso fascistoides dentro del peronismo y los sectores de izquierda se produjo en los años 70 en las corrientes de la Juventud Peronista trabajadora, los Montoneros, el Peronismo de Base y otras corrientes menores. Unos defensores de la lucha armada y otros no.
Hoy esa lucha todavía se está incubando. La mayoría de los 30.000 desaparecidos durante la dictadura eran dirigentes sindicales clasistas, dirigentes políticos y juveniles comprometidos con la lucha revolucionaria. Eso dejó abierta una brecha en el relevo generacional de la militancia que a duras penas se está cubriendo en estás décadas tras la dictadura. Las formas que están tomando los esfuerzos por crear nuevas generaciones de cuadros dirigentes son múltiples y todavía están demasiado atomizadas.
Será durante las próximas luchas que inevitablemente surgirán contra las políticas de ajuste, despidos y eliminación de derechos que estos grupos entenderán la necesidad de unificarse. La historia del movimiento obrero por transformar la sociedad tiene períodos de atomización de las fuerzas transformadoras y la lucha les impondrá la necesidad de unificarse.
En realidad, esta tarea es la que tienen por delante todos los movimientos obreros, pueblos originarios y campesinos en gran medida coincidentes en las mismas personas, el movimiento feminista, los jóvenes, y todos los movimientos que se levanten en la lucha contra la explotación, la discriminación, la destrucción de la naturaleza y en definitiva de la vida humana en la Tierra. Es enorme la tarea, pero esa es la que nos toca.
Notas
- Dólar paralelo: dólar ilegal, o también dólar negro, pero tolerado que opera en oficinas ilegales.
- Le Monde Diplomatique octubre 2023
Índice de nombres:
Unión por la Patria: nuevo nombre de la coalición dirigida por el peronismo en la que están encuadrados diferentes partidos pequeños y medianos como por ej. El Frente Grande, Partido Comunista de Argentina, hasta un total de 20 organizaciones https://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_por_la_Patria
Horacio Macri: Ex presidente de Argentina durante diciembre de 2015 y diciembre de 2019. Empresario que heredó su fortuna de su padre Franco Macri, llegado a la Argentina tras la II Guerra mundial, simpatizante de Benito Mussolini. Este empresario hábil para los negocios se casó con una hija de la oligarquía agrícola de los Villega Linch pero cuando más hizo crecer su fortuna fue durante la dictadura de 1976. En 1973, el clan Macri era propietario de 7 empresas, finalizada la dictadura esa suma ascendía a 47 empresas. Mauricio Macri incursiónó en política tras hacer su paso por los negocios del fútbol llegando a ser presidente del Club Boca Juniors. Luego fue Jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires (alcalde) y de ahí con su partido Propuesta Republicana (PRO) integrando la coalición Cambiemos ganó las elecciones, para algunos con una mayoría de votos discutible, asumiendo la presidencia del gobierno, desastrosa para el país, el 10 de diciembre de 2015.
FIT-U –Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad: FIT-U: Frente de Izquierda y de trabajadores es la coalición entre de partidos de filiación trotskista que primero se formó para las elecciones de 2011. Estaba integrado por el Partido de los Trabajadores Socialistas, el Partido Obrero e Izquierda Socialista. desde las elecciones de 2019 el Movimiento Socialista de los Trabajadores constituye la coalición añadiendo «Unidad» y eliminando el artículo «los» al nombre.16 También son comunes las referencias como «Frente de Izquierda-Unidad».
Nuevo MAS: Heredero político del Movimiento Al Socialismo que en los años 80 y primeros 90 del siglo pasado experimentó un cierto crecimiento en militancia. Luego sufrió numerosas divisiones dando lugar entre otros al Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) principal fuerza del actual Frente de Izquierdas y de Trabajadores (FIT)