Foto. Cazas americanos sobrevuelan un campo petrolífero tras haber sido incendiado por tropas iraquíes en retirada. Kuwait, 1991.
“Porque sembraron vientos cosecharán tempestades. El trigo no tiene espigas, no da grano. Y si lo da, lo devorarán los extraños”
Oseas 8:7
Jaime Arregui
Más de ocho años de guerra en el este de Ucrania, alrededor de veinte mil muertos y dos millones de desplazados. Una guerra de la que poco se nos ha informado. Hay quienes, si lo han hecho, como el periodista Pablo González, ahora en una prisión de Polonia deseando que no le encierren diez años por “pro ruso”. “La primera víctima de la guerra es la verdad”, dicen, más bien quienes la propagan, pues en poder de la gente, resulta el arma más “peligrosa”.
Más de un mes desde que el gobierno ruso ordenase a sus tropas invadir Ucrania. Más de mil civiles muertos, más de mil soldados rusos caídos reconocidos, en cuanto a las bajas en el bando ucraniano solo podemos especular… Lo sabremos una vez disipada la niebla de la propaganda y la censura propias de la estrategia militar en tiempos de guerra. Los desplazados al exterior de las fronteras superan ya los tres millones de personas. Parece que de momento el proyecto de “Novorrosiya” se verá reducido al Donetsk y Lughansk. Las principales ciudades del oeste están a salvo por ahora. Es solo la primera fase.
Desde entonces han corrido ríos de tinta haciendo referencias históricas. Son referencias lo que hace falta para no perderse en un paraje cada vez más convulso y hostil, cada vez menos familiar. Es al fin y al cabo lo que sucede cada vez que se ve amenazada esa supuesta “Pax Europaea” que en el Oeste dura ya 70 años.
Resulta inevitable echar la vista atrás a años cataclísmicos, como los de 1918 y 1991. El primero por ser el año en que se desintegraron cuatro de los grandes imperios europeos, a consecuencia de lo cual fue declarada la formación de la república ucraniana. Cinco ejércitos disputarían el control de este territorio en los años consecutivos hasta 1922. En ese año Ucrania pasó a ser una de las 15 repúblicas de la URSS, con, en teoría, derecho a practicar la secesión.
El segundo, por ser el año en que fue desmantelada la Unión Soviética y en el que se desintegró Yugoslavia. Fue el año en que Ucrania proclamó su independencia. Fue el inicio de una década de guerra fratricida para redibujar las fronteras del mundo eslavo mientras las oligarquías expoliaban el sector público y buscaban nuevas “alianzas estratégicas” a Este y Oeste.
Pero Este y Oeste demostraron ser igualmente nocivos. Algo que los bombardeos de la OTAN en Serbia en el marco de la guerra de Kosovo, o la campaña de la Federación Rusa en las guerras chechenas constataron en la misma década.
El cambio de Lenin-Trotski a Stalin en la URSS supuso entre otras cosas el abandono del internacionalismo (de ahí que Ucrania fuese una república aparte de Rusia) por el nacionalismo (Stalin de hecho se opuso a la separación de Ucrania). Después de haber asesinado a los bolcheviques por millares, las purgas estalinistas se fueron cebando progresivamente con todos los sectores de la sociedad. Especialmente dura fue la represión a las diferentes minorías nacionales del extinto Imperio Ruso.
Las deportaciones masivas de comunidades enteras, el genocidio y un centralismo férreo hizo que los sentimientos nacionales se expresaran con fuerza en la búsqueda de estos países por una vía hacia la independencia en un anhelo de la mayoría social por la mejora vital, lo cual se materializó con la creación de 15 estados nuevos a partir del 91. En el caso de Yugoslavia fueron 7. Algunos cayeron en la esfera de influencia del Oeste (EEUU/OTAN) y otros del Este (Rusia/China).
Desde que este conflicto estallase el día 24, se ha producido un claro aceleramiento en la toma de posiciones en el tablero geopolítico mundial. Los dos territorios que producen el 30% del trigo en el Mundo están enfrentados. De uno de ellos depende también el 40% del gas que consume Europa. La creciente inflación es solo el primer síntoma. La amenaza nuclear vuelve a estar en boca de la gente… la “Paz Europea” se tambalea, esperemos que no fuese la calma que precede a la Tempestad.
DIVISIÓN
“Una casa dividida contra sí misma no se puede sostener. Creo que este gobierno no puede permanecer mucho tiempo mitad esclavo mitad libre. No espero que la Unión se disuelva, no espero que la casa caiga, pero espero que cese de estar dividida. Acabará por convertirse en lo uno o en lo otro. O bien los oponentes de la esclavitud detendrán la propagación de esta y la pondrán en camino hacia la extinción; o sus partidarios la expandirán, hasta convertirla en ley en todos los estados, nuevos y viejos, Norte y Sur.”
-Abraham Lincoln. Springfield, Illinois,1858.
Este brillante análisis dialéctico de inspiración bíblica pronunciado por Lincoln, podría aplicarse a casi cualquier sujeto político ante un momento de inflexión histórica como el que vivimos. Podríamos aplicarlo a nuestro gobierno sustituyendo las palabras esclavo por derecha y libre por izquierda.
El movimiento de piezas en el tablero por parte de las grandes potencias se ha hecho notar en el estado español. La OTAN, aunque no va a participar directamente en la guerra, quiere dejar claro de que lado está. Un buen gesto es enviar armas al gobierno de Zelenski.
En menos de 48 horas Pedro Sánchez cambió de postura respecto al envío de “material ofensivo”. Un golpe brusco de timón a la derecha que agrietaba el flanco izquierdo. Por un lado, Díaz-Garzón se declaraban leales a Sánchez, por el otro Belarra-Montero rechazaban la propuesta.
Las palabras soberanía nacional, derecho internacional, autodeterminación, imperialismo, resistencia, resoluciones, tratados, guerra, paz… no dejaban de sonar
La luz verde al envío de armas generó polémica. Para algunos, este “gesto” no es más que el preludio del aumento en gasto militar por parte de la OTAN para cumplir con los deseos de Estados Unidos de alcanzar un 2% del PIB, que ya ha sido anunciado.
De todos es sabido que algunos de los perros de presa de la oligarquía ucraniana pro americana están marcados con la esvástica. La financiación de organizaciones fascistas para conquistar la hegemonía del movimiento desatado en Maidan, Kiev, en 2014 es también un hecho muy comentado. Pero la orden del gobierno de obligar a los hombres en edad de luchar a quedarse en el país, ha hecho que muchos se vieran en la disyuntiva de morir como un desertor, o morir como un soldado de las fuerzas de defensa territorial por los errores de otros. Otros muchos se iban a quedar igual, y en lugar de un cóctel Molotov (¿o ahora se llaman Lavrov?) prefieren un lanzagranadas para evitar que los tanques rusos entren en su ciudad.
Esto ha dado lugar también a fenómenos peculiares como el de la formación de destacamentos “anti autoritarios” de grupos de izquierdistas que deciden armarse para defenderse del invasor y del posible agresor fascista local. No obstante, su grado de independencia es relativo, puesto que, de participar en operaciones en el frente, se pliegan al mando central gubernamental. La cuestión de las armas parece verse reducida en su caso más a una cuestión de defensa personal que de programa político. Los partidos de izquierdas por otro lado, están siendo objeto del acoso, muchos de ellos ya han sido ilegalizados.
Una guerra aparentemente imposible de ganar, pero, ¿qué otras opciones tenían? ¿Hermanamiento cívico militar, huelga general, rebelión militar?
Desde entonces, ni hermanamiento cívico militar, ni huelga general, ni rebelión militar han parado la orwelliana “operación militar especial” del Kremlin. Tampoco las sanciones, que serían tan eficaces de no ser por ese pequeño detalle llamado China, que acoge de brazos abiertos a su hermano eslavo. La peor pesadilla de la clase trabajadora, la guerra, ha vuelto a Europa.
UNIÓN
“Como Socialista estoy dispuesto a hacer todo lo que un hombre pueda hacer para conseguir para nuestra madre patria su legítima herencia – independencia; pero si me pides que retroceda un solo ápice en las demandas de justicia social para conciliarnos con las clases privilegiadas, entonces debo declinar.
Tal acto no sería ni factible ni honorable. No olvidemos que quien camina en compañía del diablo jamás alcanza el cielo. Proclamemos nuestra fe abiertamente, la lógica de los acontecimientos está de nuestro lado.” – James Connolly. Dublín, enero de 1897.
El 19 de marzo, con las calles todavía naranjas por la tormenta de polvo del Sáhara del 14, se anunciaba la traición: El PSOE cumplía los deseos del rey Mohamed de convertir al Sáhara Occidental en una autonomía dentro de su reino. Por algún motivo me viene a la cabeza la palabra harem.
Las filas del flanco izquierdo esta vez no mostraban fisuras.
Las palabras soberanía nacional, autodeterminación, derecho internacional, autodeterminación, imperialismo, resistencia, resoluciones, tratados, guerra, paz, Ucrania, Sáhara Occidental… no dejaban de sonar.
Los poderosos apoyan el derecho de autodeterminación de los pueblos que viven bajo la influencia de sus enemigos en el tablero geopolítico global. Apoyar un movimiento separatista triunfante puede hacerte ganar un aliado al mismo tiempo que ves menguar a tu rival.
Puede resultar peligroso cuando tu propio pueblo se cree el discurso y demanda sus propios derechos a llevar a cabo sus aspiraciones nacionales. Si realmente apoyasen la causa saharahui, ¿por qué no defender las repúblicas populares del Donbás? ¡O, incluso, el referéndum en Catalunya! Eso podría empujarles a tomar medidas tan radicales como las perpetradas por la leninista reina de Inglaterra y sus súbditos de Escocia en 2014… terrible.
La maniobra parecía cumplir un triple objetivo: deshacerse de la palabra autodeterminación en los documentos políticos, desmarcarse del ala izquierda, y posicionarse en el tablero geoestratégico conforme a los deseos de EEUU/OTAN.
La verdad es que el Reino de España es un peón del tío Sam. Y si el tío quiere calmar el frente sur de la OTAN ante el conflicto de Putin-Zelenski, se le obedece. Igual que si quiere gastar un 2% del PIB en “defensa”.
Se toman posiciones. Se implora entonces por parte de algunos la resolución 690 de la ONU del 29 de abril de 1991, que reconocía el derecho de autodeterminación del pueblo saharahui. Resolución que desde entonces no se ha cumplido. La marcha verde dejó muy claro el futuro del Sáhara Occidental.
Todas las guerras comparten un factor común, los intereses económicos. Desde las cruzadas hasta la guerra de Yemen, pasando por las dos guerras mundiales y la actual ucraniana.
Los 1250 millones de euros al año que genera el fosfato de Bucraa en el Sáhara, son una pequeña pista.
UNA AGRESIÓN INTOLERABLE
“No voy a discutir lo que estamos haciendo en términos de movimientos de fuerzas ni nada de esa naturaleza. Pero lo veo muy enserio, no solo eso sino cualquier amenaza a otro país, así como veo muy enserio nuestra determinación de revertir esta agresión. Y créanme, hay muchísimos países que están totalmente de acuerdo con lo que acabo de decir, y los saludo. Son amigos y aliados incondicionales, y trabajaremos con todos ellos para la acción colectiva. Esto es intolerable, es intolerable, esta agresión contra Kuwait.
Me tengo que ir, tengo que ir a trabajar, tengo que trabajar.” -George Bush (padre), 5 de agosto 1990.
En 1991, cuando el Polisario y Marruecos firmaban la paz, cuando la ONU emitió la resolución 690, tenía lugar otra “operación militar especial” llamada “Tormenta del Desierto”. Esa operación militar se apoyaba a su vez, en otra resolución emitida un año antes, la 660*.
En 1990, Sadam Hussein, asfixiado por las deudas de la guerra contra Irán, cuyo millón de muertos poco importó a occidente, decidió invadir Kuwait para anexionarlo a Irak. ¿El motivo? Sus campos petrolíferos. Un petróleo que occidente consumía a buen precio… ¡craso error Sadam!
Pocos meses después de las declaraciones reproducidas al inicio del texto, las tropas americanas invadían Kuwait para detener la anexión y defender el petróleo. Los soldados iraquíes superados, se batieron en retirada, y mientras lo hacían incendiaron mas de ochocientos pozos de petróleo, lo cual supuso una catástrofe medioambiental y económica para el pequeño país.
Una agresión intolerable que no quedaría impune. La tormenta del desierto fue solo la primera operación de una larga guerra global empezada por la administración de Bush padre y continuada por la de su hijo, como si de una parodia americana de los Barca se tratase (Amílcar y Aníbal). Tras los atentados del 11-S, los mismos que habían perdido la “guerra contra las drogas” se dispusieron a ganar la “guerra contra el Terror”. Afganistán, Irak, Libia, Siria… ¿Quién ganó en Afganistán? El Terror sin duda… las cosas acaban por convertirse en su contrario.
La federación rusa también ha dejado un reguero de sangre en Siria, la República Centroafricana y Ucrania (por no volver a recordar sus políticas para con Chechenia o Georgia) en sus juegos de alianzas estratégicas. Esto es: caza de recursos y esferas de influencia.
Pero si por el intento de anexión de Kuwait, o el de “Nuevarusia” (Odessa, Crimea, Donbás) se ha generado tal respuesta… ¿Qué pasa entonces con el Sáhara? ¿Cómo hacer que se respeten sus derechos por parte de la comunidad internacional? En los tiempos de mediocridad que vivimos es bueno imaginar…
Puestos a imaginar, imaginemos que mañana hay un levantamiento popular en Marruecos que acaba con la monarquía. Entonces aprovechando la coyuntura, aparece el “César” de turno y un alto cargo del ejército establece una junta militar para dirigir el país. Ante las presiones populares, decide nacionalizar los recursos naturales y… ¡Sim sim salabim! Los saharauis podrían convertirse de la noche a la mañana en los nuevos “aliados estratégicos” de USA. La ONU emitiría entonces la resolución 666 por ejemplo, y los americanos salvarían la democracia, a los saharauis, el derecho internacional, y sobre todo, 1250 millones de euros al año por el fosfato de Bucraa.
Es solo un ejercicio de imaginación sobre un escenario por el momento poco probable, pero sirve para ilustrar la mentalidad de los estrategas norteamericanos.
¿De qué sirve ahora invocar resoluciones emitidas por las mismas organizaciones imperialistas a las que criticamos? ¿Qué nos hace pensar que las iban a respetar ahora, después de décadas de olvido?
Por suerte para los saharauis, y tantos otros pueblos oprimidos, son mas fuertes y tienen mas valor que aquellos que juegan con sus destinos desde la comodidad de un lujoso despacho.
Si llevan luchando tanto tiempo es porque saben que ellos mismos son su única salvación.
Cuando los gobiernos sean representantes de la voluntad de sus pueblos y no de la de los dueños de las grandes empresas, dejarán de estallar conflictos con el fin de enriquecer a unos pocos a costa de la sangre de muchos.
Mientras los cañones esculpen con hierro y sangre el mapa de Nova Rusia sobre Ucrania y sus habitantes, la propaganda se extiende a ambos lados del frente perpetrando odios nacionales… se aleja la noble idea de unos Estados Unidos Europeos bañados por el Atlántico y el Pacífico. Una federación que sustituya la competencia por la cooperación entre economías, enterrando para siempre el hacha de guerra fratricida entre los eslavos.
A algunas personas se nos seguirá erizando la piel al escuchar a Prokofiev, leer a Tolstoi o disfrutar el genio pionero de Eisenstein. Igual que al leer a Jack London, escuchar la Creedence o ver películas de Tarantino.
Es la belleza del internacionalismo, no hay lugar para los odios nacionales. No por ello nos temblará la voz a la hora de denunciar al régimen putiniano, ni a ninguna otra administración, Estado o gobierno que fomente los odios nacionales y el asesinato en masa entre los pueblos.
Los imperialistas de hoy siguen diciendo lo mismo que decían los patricios romanos: SI VIS PACEM PARA BELLUM, si quieres la paz prepara la guerra.
Las agujas del reloj del juicio se acercan cada vez mas a la media noche del siglo.
Los trabajadores que producimos los beneficios que se malgastan en esas guerras, y a cuyo altar se ofrecen nuestros cuerpos en sacrificio, decimos:
Si quieres la Paz prepara la Revolución.
Notas
*Resolución 660:
(aprobada el 2 de agosto de 1990)
El Consejo de Seguridad
Alarmado por la invasión de Kuwait el 2 de agosto de 1990 por las fuerzas militares del Iraq,
Determinando que, en relación con la invasión de Kuwait por el Iraq, existe un quebrantamiento de la paz y la seguridad internacionales,
Actuando de conformidad con los Artículos 39 y 40 de la Carta de las Naciones Unidas,
1. Condena la invasión de Kuwait por el Iraq;
2. Exije que el Iraq retire de inmediato e incondicionalmente todas sus fuerzas a las posiciones en que se encontraban el 1 de agosto de 1990;
3. Exhorta al Iraq y a Kuwait a que inicien de inmediato negociaciones intensivas para resolver sus diferencias y apoya todos los esfuerzos que se realicen al respecto, y especialmente los de la Liga de los Estados Árabes;
4. Decide volver a reunirse, según sea necesario, a fin de considerar la adopción de otras medidas para asegurar el cumplimiento de la presente resolución.