Apuntes para la reflexión
Jordi Escuer, miembro de la Coordinadora de IU Madrid
En contra de las tesis de los más avezados defensores del capitalismo, el crecimiento de las desigualdades está acompañada del crecimiento de la pobreza. Al menos en el Reino de España: “La desigualdad [en España] se mantiene por encima de la media de la OCDE, en parte debido al descenso del porcentaje de ingresos que se destina a los segmentos más pobres de la población, y a varios años consecutivos de moderación salarial”. Quién así lo afirma es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su último informe “Una apuesta por el crecimiento, 2018”, un organismo que, como todo el mundo sabe, está conformado por marxistas y revolucionarios de reconocido prestigio.
A falta de hacer un análisis más exhaustivo y ordenado de este asunto, aportamos algunos datos para la reflexión.
Hay recursos, pero cada vez peor repartidos
En 2017, el Producto Interior Bruto superó el de 2008, con lo que la producción habría recuperado el nivel previo a la crisis con 1,2 billones de euros. La producción por ocupado en 2017 habría sido de una media de 64.292 euros, con un incremento del 18 por ciento sobre el valor producido por cada empleado hace diez años, en el año 2007 era de 54.208 euros. Por tanto, riqueza hay. El problema, como siempre, es cómo se reparte[1].
La economía crece desde hace cuatro años, la mayoría de ellos por encima del 3%. Los beneficios de las empresas se incrementaron un 4,8% en 2017. Las ganancias de las 125 compañías que cotizan en Bolsa superaron los 49.000 millones de euros, un 67% más que el año anterior. Sólo las del ÍBEX 35 dispararon sus resultados un 19,4%, la mayor subida desde 2010.
Los resultados se han trasladado a los dividendos. En 2017, las empresas cotizadas repartieron 27.844 millones de euros entre sus accionistas, un 2,6% más que un año antes. La rentabilidad por dividendo del parqué español lleva ya 11 años por encima del 4%, una de las mayores del mundo, según el último Informe de mercado de Bolsas y Mercados Españoles (BME). En Alemania es del 2,5% y en Estados Unidos, del 1,9%.
La otra cara de la moneda son los salarios. La remuneración de los asalariados creció el pasado ejercicio un 3,3%, un punto y medio menos que el excedente de explotación bruto (los beneficios). La razón fue la creación de 506.000 puestos de trabajo. Pero los salarios no aumentaron. Según la contabilidad nacional, terminaron 2017 en el 0%[2].
Así pues, la burguesía española se enriquece sin duda, pero la clase trabajadora se empobrece. El extremo nos lo muestra la remuneración de altos directivos como Pablo Isla, el principal de Inditex, que ganó el año pasado 10,69 millones de euros[3], una cantidad que multiplica por 500 el salario medio del Estado.
Las condiciones de los trabajadores y trabajadoras
Lo cierto es que, cada vez, las condiciones de la clase trabajadora son peores. Antes de la crisis, la mayoría de los trabajadores y trabajadoras no ataban los perros con longanizas, precisamente. Pero ahora, y a pesar de la tan ensalzada recuperación, no hemos vuelto a la casilla de salida.
Los salarios han retrocedido, un 7% de media desde el inicio de la crisis, pero en el caso de los empleos temporales cerca de un 30%.
La pobreza laboral ha aumentado: 14,8% de los trabajadores ganan menos del 60% del salario medio), 2,57 millones de personas (si se tiene en cuenta el alquiler se reduce un poco, a 13,6), una de las mayores cifras de la UE[4].
El empleo temporal ha vuelto a crecer y es más precario. Del 22,8 al que cayó en el 4Trimestre de 2012 al 26,8 en el 2Trimestre de 2017. Y se ha incorporado el trabajo con contrato definido a tiempo parcial (que en 2 de cada 3 casos no es deseado).
Y el empleo indefinido actual es más precario que antes (es más barato y fácil despedir). Sin contar que ahora se hace más trabajo por el mismo salario, o menor, (horas no pagadas), que los ritmos han aumentado. Eso se está reflejando en la siniestralidad laboral, que crece.
Por eso hay pobreza
Están en situación de pobreza o en riesgo de exclusión social:
- El 27,9% de la población, afectando a 12.989.405 personas (Indicador AROPE de 2017)
- Entre los jóvenes (16-29 años) el porcentaje es de un 29,6%
- Los menores de 16 años: un 28,8%[5].
Aproximadamente el 6,4 % de la población, que vienen a ser más de 2,9 millones de personas, viven en pobreza severa (viven en hogares cuyo total de ingresos por unidad de con- sumo es inferior a 4.104 € al año (342 € al mes)[6].
Los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida (2016) así lo muestran. La tasa de pobreza se incrementa ligeramente del 22,1% al 22,3%, los hogares que tienen dificultades para llegar a fin de mes pasan del 33,7% al 33,9%.
Casi 6 de cada 10 familias no consigue ahorrar. El 70% no percibe la recuperación económica. Los hogares que perciben una peor situación económica son los que partían de una situación peor[7].
A eso se suma que el gasto social no es acorde con las necesidades[8]. Es otra forma de trasvasar la riqueza de la clase trabajadora a la clase capitalista, pues el gasto social no es otra cosa que el “salario indirecto” de la clase trabajadora. Se recorta el gasto social en beneficio, sobre todo, de las empresas, que cada vez pagan menos impuestos pero siguen recibiendo más dinero del Estado a través de contratos de todo tipo (servicios sanitarios, educativos, limpieza, recogida de residuos, seguridad, armamento…).
Y, finalmente, también está en peligro el “salario diferido”, las pensiones. Que están muy lejos de ser “generosas, como ahora está de moda decir. Veamos algunos datos:
- 9,15 millones de personas cobran en España una pensión pública.
- 8,7 millones es una pensión contributiva
- 453.852 personas, perciben pensiones no contributivas
- La cuantía media de las pensiones contributivas ascendía a 930,27 euros mensuales a 31 de diciembre de 2017. La de las no contributivas es muy inferior: 397,64 euros.
- las estadísticas de la Seguridad Social revelan que casi la mitad de ellos –el 46%– cobra una prestación pública que no llega al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), 735,89 euros al mes. Son 4,21 millones de personas. Y el 63,8%, es decir 5,84 millones, no llega a mileurista.
- Si la cuenta se hace con el número de pensiones contributivas, en lugar de con el de pensionistas –las de viudedad y orfandad son compatibles con otras pensiones, por lo que algunas personas cobran más de una; en concreto, 810.423 reciben varias–, resulta que el 68,3% no llega a 1.000 euros y el 51,8% no alcanza los 735,89 euros mensuales. De hecho, la pensión más habitual, la que cobran 1,8 millones de personas, se encuentra en la franja de 550 a 600 euros. Por el contrario, la pensión máxima, de 2.580 euros mensuales, sólo la disfrutan en España 48.105 ciudadanos (el 0,5% del total).
La pobreza no es sólo una cuestión de cifra, sino de unas condiciones de vida que la sociedad ha adquirido: comida saludable, vivienda digna, atención médica, eduación, acceso a la cultura, vacaciones… Claro que no es lo mismo ser pobre hoy que hace dos siglos. Sólo faltaba, y lo relevante es que hoy existen los recursos más que suficientes para que todo el mundo viva con dignidad y lo que hace que eso no suceda es justamente la desigualdad creciente, algo que es consustancial al capitalismo. Por eso, pelear por unas condiciones de vida dignas es imprescindible, hay recursos, pero para lograrlo hemos de unir esas reivindicaciones a una alternativa socialista y democrática de sociedad, que ponga los grandes recursos productivos bajo control democrático y los someta a una planificación que tenga por objetivo atender las necesidades sociales dignamente y preservar el medio natural que posibilita la vida.
[1] https://www.elblogsalmon.com/indicadores-y-estadisticas/la-renta-per-capita-llega-a-maximos-en-espana-todos-los-detalles
[2]https://www.infolibre.es/noticias/economia/2018/03/26/la_salida_falso_crisis_los_beneficios_empresariales_quintuplican_subida_los_salarios_81024_1011.html
[3] https://www.infolibre.es/noticias/economia/portada/
[4]http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925455948&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout
[5] En 2016 el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona se ha establecido en 8.209 euros anuales, y en 17.238 para los compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años.
[6]http://www.eapn.es/estadodepobreza/ARCHIVO/documentos/Informe_AROPE_2017_Resumen_Ejecutivo.pdf
[7] http://www.foessa.es/publicaciones_compra.aspx?Id=5500&Idioma=1&Diocesis=42
[8] España, por su parte, gasta el 24,7%, casi cinco puntos menos que la media europea. Todos los países de nuestro entorno invierten más en protección social. Hasta Portugal y Grecia, que han atravesado profundas crisis, destinan una mayor proporción de su PIB a estos gastos sociales. Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, Austria, Italia y Alemania gastan cerca de un tercio de su PIB.
La situación de España no mejora ni al comparar el gasto en protección social per cápita (medido en paridad de poder de compra, que elimina la diferencia de los precios entre países). Según este indicador, España gasta unos 6.300 euros en paridad de poder de compra frente a los 10.800 euros que invierte Francia o los 8.200 de Italia.
El estudio también muestra cuáles son las partidas sociales a las que prestan más atención los países. Las pensiones se llevan casi la mitad del gasto social, el 45,2%, según la media de la UE. Le sigue la dependencia, con el 37,3% del gasto. La inversión en infancia asciende al 8,6% del total; el desempleo, el 4,8% y a vivienda y exclusión social los países europeos destinan el 4,1%.
https://elpais.com/economia/2017/12/08/actualidad/1512760238_837565.html